Ya no queda nada para que acabe este mes de enero. ¿Cómo has comenzado tu año? ¿Siguen en pie todas esas resoluciones de año nuevo que te propusiste? ¿Lo que tienes delante en estos momentos se acerca a lo que sueñas y deseas para ti, la realidad se va acercando poquito a poquito a lo tienes planeado que suceda este 2018?

Mi año ha empezado con varios «frentes» abiertos que no son los que a «mi personaje» le gustaría para sí. Pero me río…, porque mi personaje no tiene ni idea del plan de fondo que tiene la vida , y porque como personaje, no puedo ver más allá. Si me alejo un poco de toda esta hipnosis y de todas estas elucubraciones mentales,  puedo hacer las paces con lo que es.

Simplemente es y lo vivo, lo siento, lo experimento. En la vida, no todo es como uno quiere, y parece que tiene que ser así para sentirnos bien, algo muy limitante porque cuantas más normas, reglas tengo sobre lo que tiene que ser o estar en mi vida para sentirme feliz, más infeliz voy a ser.

Con el tiempo voy aprendiendo a CONFIAR en la vida, en lo que esta trae y simplemente vivirlo.

En estos último meses he estado trabajando con varias personas que me señalan en la misma dirección: la necesidad del ser humano de huir y de correr lejos de todo lo que no va bien, de todo lo que no gusta, de todo lo que no nos hace sentir felicidad, de todo lo que nos perturba… , la necesidad de emprender una carrera que nos aleja de lo único que tenemos, este instante, este momento… , la necesidad de completar lo que te falta de alguna manera… la necesidad de arreglar lo que está mal en uno…

No nos han enseñado a aceptar la otra cara de la moneda como moneda válida, no nos han enseñado que somos todo, y que en nosotros todo se puede contener.

Creemos que siempre hay algo que debe ser resuelto o solucionado para poder ser felices. Creemos que alguien nos tiene que arreglar o que tenemos que hacer algo para arreglarnos. Y que hasta que eso no llegue, no vamos a poder sentirnos plenos. Pero es todo mentira… Es una ilusión de nuestra mente. Porque incluso cuando todo sale como al ego le gusta y quiere, este se siente insatisfecho y pide más y más y más… es un carrera sin fondo…

Como dice Jeff Foster en uno de sus libros: «Deja de esperar que el mundo te haga feliz. Deja de permitir que tu alegría interna dependa de lo externo – objetos personas, circusntancias, experiencias, situaciones -que está más allá de lo que puedes controlar directamente. Deja de jugar a la lotería de la felicidad. Tómate un descanso en la tarea de buscar y descubre la felicidad natural que eres y que siempre has sido, la alegría innata que no depende del contenido siempre cambiante de la vida».

Deja de buscar, deja de entretenerte e ir hacia atrás o hacia adelante todo el tiempo. Mira hacia dentro, allí es donde está el tesoro que tanto anhelamos.

No encuentro mejores palabras que las de mi amigo, y a la vez guía y fuente de inspiración, Valentín Turrado, es necesario buscar, esperar, trabajar duro, ser disciplinado… para darte cuenta de que no es necesario buscar, esperar, trabajar duro, ser disciplinado…, porque todo lo que anhelamos ya está, ya es, ya somos… y que no es preciso otra cosa que frotar los ojos, permanecer, despertar, quedar en pie…         Tan solo hay que vivir, sentir, experimentar, respirar y ser testigo de lo que acontece.

Ojo con confundir todo esto con la no acción y la huida, escape, las compensaciones en las que uno puede caer bajo la máscara de espiritualidad y fluir. La verdadera aceptación, libertad, espiritualidad, sabiduría no lleva implícita escape, evasión o bypass espiritual. Es muy fácil caer en esto (yo lo hago en ocasiones).

Los humanos tenemos una tendencia natural a huir, evadirnos, distanciarnos de nuestro malestar. ¿Y cómo lo hacemos? Habitualmente a través de distracciones o de negaciones. Utilizamos todo tipo de actividades: el sexo, salir de fiesta, buscarse entretenimientos, el ejercicio físico, el alcohol o las drogas, el trabajo, la religión, la espiritualidad…  A veces, la línea que distingue aquello que hacemos para huir en comparación con lo que hacemos para avanzar, crecer, superar dificultades… es muy estrecha.

No valen las excusas, atrévete a mirar de frente lo que hay, enfréntate a los pensamientos, emociones, sentimientos que existen en ti en este momento y haz las paces con ellos, sin mirar hacia otro lado.

«Desde que oyó tu nombre, la felicidad ha estado corriendo por las calles intentando encontrarte…» Hafiz

¿Y tú, y nosotros, qué hemos hecho? Encerrarnos en jaulas para no dejarla entrar,  correr en su búsqueda y a la vez alejarnos de ella, entretenernos con otras cosas y no mirarla ni acogerla cuando la hemos tenido delante…

Abre la puerta, siéntate, espera, observa, respira, acoge… aquí y ahora… YA ES. Aquí y ahora puedes tener paz. No es necesario cumplir ningún propósito de año nuevo para sentir plenitud, no es necesario llegar a ningún sitio para tener PAZ, no es necesario que se nos dé nada…   Date cuenta de lo que que YA ERES. Bondad, amor, compasión, generosidad, belleza, serenidad, ser…

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