Vivir con abundancia. ¿Por qué algunas personas consiguen lo que se proponen y otras no? – Sergio Fernández

Probablemente ya conozcas, o incluso ya hayas leído este libro de Sergio Fernández, libro que he «devorado» aprovechando la cantidad de horas de transporte de una escapada que hice la semana pasada.

Vivir con abundancia es un libro en el que Sergio nos enseña que la vida es un juego que tiene sus propias reglas. Y que jugar conociéndolas nos permite conducir mejor la partida.

En realidad, no cuenta nada «nuevo» que no esté en la filosofía perenne y en muchos otros libros. Pero la manera de hacerlo es la clave: es directo, claro, conciso, práctico… Podemos leer algo cuarenta veces, pero hasta que no lo tengamos integrado, nos funcione y lo practiquemos diariamente no lo sabemos. Te animo a que leas este libro porque da buenas pistas de cómo se debe jugar la partida para disfrutarla… Además Sergio es una gran comunicador que hace muy ameno el viaje.

En este post te comparto mis propias reflexiones al hilo de lo «masticado» y aquellas partes con las que me quiero quedar. Todas las citas que aparecen en el texto son citas que también aparecen en el libro, en el cual hay un compendio de de ellas dignas de tener a mano. Se dice que aquello que queremos aprender lo tenemos que enseñar.., pues voy a ello :).

La abundancia se puede manifestar de muchas maneras…, pero nos hemos repetido con frecuencia e intensidad que la abundancia es tener mucho dinero y mucho éxito profesional.  Podemos ser abundantes en la salud, en la confianza, en el amor, en las relaciones, en la familia, en recursos, en creatividad…, pero parece que si nos falla esa parte, no somos abundantes.

«Era tan pobre que no tenía más que dinero.» Joaquín Sabina.

Con esto no te quiero convencer de que ir en busca de una posición económica cómoda o abundante «sea malo». Ni mucho menos. Nos guste o no el dinero es necesario para lo que es necesario y da mucha libertad, comodidad y experiencias cuando se tiene.  Sergio nos habla en su libro de que «la vida está compuesta de muchas asignaturas, y, de la misma manera que en la escuela, si no las aprobabas todas, aunque fuera con una nota de suficiente, no podías pasar de curso, en la escuela de la vida sucede lo mismo». (pag 34).   Tener dinero también es una de esas asignaturas.

Existe la creencia generalizada de que ser abundante lleva implícito responsabilidad, trabajo, esfuerzo, renunciar a ser libres…, pero nada más lejos de la realidad. Como dice Sergio y pongo palabras textuales:  «Demasiadas personas siguen convencidas de que tienen que elegir entre disfrutar de su familia y una carrera profesional exitosa, entre ganar dinero y ser buenos padres, entre disfrutar del éxito y ser buena persona. Sin embargo, esto es una idea poco abundante. No es lo uno o lo otro. La verdadera abundancia incluye lo uno y lo otro, y necesitarás salir a jugar con tu mejor versión para encontrar la forma de hacerlas compatibles».(pag 33)

«Pensar que esforzarse es algo que dignifica tu vida es el dinosaurio de las creencias y no es adaptativo porque te desgasta, te genera estrés y consume tu energía».  En su libro nos habla de ciertas leyes como la ley del mínimo esfuerzo: no hay que esforzarse y esforzarse para ser abundante, se trata de encontrar aquello que nos haga felices, encontrar aquello que nos apasione, encontrar aquello que seguiríamos haciendo aunque fuésemos millonarios y dedicarnos a ello para llevar una vida con sentido.

«Es más fácil emplear la felicidad para conseguir dinero que usar el dinero para conseguir la felicidad» .

No es casual la imagen destacada de este post. Como ves, la abundacia también es tema recurrente a lo largo de la historia de la humanidad. La imagen es el cuadro «La Abundancia y los Cuatro Elementos», de Jan Brueghel.  Te comparto una interpretación extraída de la web del www.museodelprado.es 

«A la entrada de un bosque aparece sentada delante de unos juncos la Abundancia, personificada como Ceres, diosa de la agricultura y la fertilidad. Lleva el cabello adornado con espigas de trigo y sujeta el cuerno de la abundancia. La Tierra, sentada a sus pies y de espaldas al espectador, le hace entrega de unas uvas, uno de sus productos. Está encarnada en Flora, la diosa de la tierra que lleva el cabello adornado con una guirnalda de flores en alusión a su condición también de diosa de la Primavera. De pie, a la derecha de la Abundancia está el Agua, personificada como Afrodita, la diosa del mar, que vierte agua de una caracola para regar la tierra. En la parte superior vuelan abrazadas otras dos figuras femeninas: Vesta, la diosa del Fuego, y Juno, que en la Iconología de Cesare Ripa representaba el Aire. Sujeta con su mano un ave del paraíso, su atributo. Pero, además, Brueghel incluye entre el staffage que habita el interior del bosque un grupo de campesinos, en alusión a los hombres como receptores y beneficiarios últimos de la abundancia de dones que les ofrece la naturaleza. Las figuras de la Abundancia y de los Cuatro Elementos son de Van Balen. Su modelado preciso armoniza con el refinamiento y meticulosidad del paisaje de Brueghel que las rodea y con el que están relacionadas a través de los diversos elementos incluidos en él: la Tierra por medio del macizo de flores y los frutos del primer plano; el Agua por el río lleno de peces y cangrejos procedentes del mar que se vislumbra al fondo; el Fuego por la antorcha; el Aire por los pájaros, y, finalmente, la Abundancia por el macho cabrío que figura a su lado, tradicionalmente símbolo de la sexualidad, pero que aquí debe ser interpretado como referencia a la fertilidad de la tierra. Pequeños puntos guían al espectador en la búsqueda de estos elementos que son, al mismo tiempo, las notas de color local que sirven de contrapunto a la delicada armonía de verdes de los árboles y la vegetación. De este modo Brueghel consigue que en este bosque encantado la invitación al goce de la belleza sensual de la naturaleza y del desnudo estén concatenados. De esta composición se conocen dos copias sobre cobre de mano de Jan Brueghel el Joven, una de ellas también en el Museo del Prado (P1400) (Texto extractado de Posada Kubissa, T.: Splendor, Myth, and Vision. Nudes from the Prado, 2016, pp. 102-105)».

Para Sergio Fernanández «Abundancia es no hacer nada por dinero y no dejar de hacer nada por dinero». Me quedo con esta definición y «la hago mía» desde ya.  GRACIAS.

Solemos tener el sueño de llegar a poder vivir sin trabajar, deseamos que nos toque la lotería, alguna herencia, algún montante de dinero para poder ser libres por fin y no tener que hacer nada, pero como dice Sergio «el dinero se lleva bien con aquellos que trabajan desde la pasión y el servicio a los demás».  

Lo que te traerá paz, abundancia y libertad, es saber que lo que haces, aporta significado a tu vida y a la de los demás. Poner tu don al servicio de los demás, buscar problemas que solucionar, probar cosas nuevas hasta encontrar aquello que te haga vibrar son propuestas entre otras del autor.

«La visión errónea es el deseo de que las cosas sean diferentes de como son. La realidad de todas las cosas es totalmente inocua porque la condición de su realidad es la inocuidad total». Un curso de milagros.

«Si con todo lo que tienes no eres feliz, con todo lo que te falta tampoco lo será». Erich Fromm

Para terminar el post, quiero compartirte este poema de Mooji, de su libro «Antes de ser Yo». Libro que estoy leyendo ahora. Quizá algún día te haga también una reseña de él ;).

La vida no te debe nada. Si asumes esa actitud, te sientes agradecido por todo.

¿Qué has hecho para merecer «treinta» años de oxígeno fresco?

¿Qué ha hecho nadie para tener un corazón que late aunque esté dormido?

¿Qué has hecho para merecer nada en absoluto? E incluso, ¿quién eres tú?

Si contemplaras estas cosas profundamente, no serías arrogante y no sufrirías.

Valorarías la vida en todas sus expresiones.

 

¿No crees que eres muy abundante ahora, después de leer este poema?

¿Y qué es para ti vivir con abundancia? Te animo a que compartas tus propias reflexiones.

 

 

 

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